José Antonio García Trabajo
El punto de partida, los sistemas en la escuela, los límites, la socialización, los contenidos curriculares, las herramientas sistémicas para la resolución de conflictos y programas preventivos
Los sistemas que forman la comunidad Educativa.
Partimos de que la base de una buena convivencia dentro de cualquier sistema, depende de que cada elemento que lo integra este ordenado; es decir, en su lugar y realizando las funcionesque le corresponden.
En la Vida Académica de nuestro Centro intervienen tres sistemas principales: la Familia y la Institución Escolar y el Sistema Social al que a su vez pertenecen los dos primeros. Si hay orden, es decir, que cada uno de sus miembros realiza las funciones que les corresponden y está en su lugar, el colegio estará en paz y será posible el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Esta forma de enfocar la convivencia, propone adoptar una perspectiva más amplia. Desde ella, nuestra relación con el mundo se puede considerar como un proceso activo y personal en el que nos vinculamos con los miembros de nuestro sistema por relaciones de interdependencia y de acuerdo con el contexto en el que nos desarrollamos.
Los Contenidos Curriculares, la Socialización y los límites dentro de los centros escolares.
En la Educación concurren dos elementos fundamentales para que la convivencia sea un proceso de intercambio rico, productivo y equilibrado: los Contenidos Curriculares y la Socialización. Estos dos elementos influyen decisivamente en el orden dentro de la Escuela.
Los Contenidos Curriculares (“el alumno será capaz de…”), vienen impuestos. Los profesores los recibimos secuenciados según los niveles y las áreas, de acuerdo a la normativa vigente.
Esto quiere decir que los debemos impartir y conseguir que nuestros alumnos los adquieran. Sin embargo pueden intervenir otros factores en este proceso, casi siempre relacionados con el lugar y las funciones que cada miembro debe ocupar en su sistema, que dificultarán este proceso. Conociéndolos, los sistemas se pueden mover buscando siempre una solución de una forma distinta e innovadora, y viendo los problemas como un trampolín para mejorar.
El maestro, dentro del aula, es la figura principal, es el que alienta, sostiene y dirige. Los protagonistas de la escuela son los maestros, los protagonistas del aprendizaje son los alumnos y son ello los que debe darle la dignidad al maestro. Por eso, el lugar de los maestros es estar al lado de los maestros. Es el alumno el que debe asumir la responsabilidad en su aprendizaje, para ello es fundamental respetar el trabajo anterior. Los profesores no somos totalmente responsables del aprendizaje de nuestros alumnos, esa responsabilidad la compartimos con ellos, nosotros guiamos y facilitamos su aprendizaje.
Existe otro factor que habilita todo el proceso, la Socialización. Esto implica que los alumnos puedan relacionarse entre sí y con los profesores sin conflictos, y que los maestros se respetan y colaboran juntos para conseguir unos objetivos comunes.
Si la institución pierde de vista a los Contenidos o a la Socialización, la Educación no es posible. La socialización implica tener en cuenta las emociones de los alumnos (de las cuales los maestros no somos responsables) y es un mundo muy amplio que incluye tanto el mundo “intrapersonal” del niño como el “interpersonal”.
Un factor que facilita la Socialización y contribuye al aprendizaje, es el establecimiento de unos límites claros. Sin ellos el orden se diluye, los papeles se confunden y los sistemas no saben a qué atenerse. En la Escuela, les corresponde a los profesores poner los límites, pero sin los padres no podrán establecerlos.
Nuestro Plan de Convivencia se basa en este camino bidireccional entre las Familias y los profesores sostenidos por la mutua confianza que debe existir entre ambos. Ahora bien, una característica de los límites, es que se pueden saltar, y es bueno que nuestros alumnos lo sepan, y que si lo hace, tiene (o puede tener) consecuencias tanto para ellos como para los demás, Así están asumiendo la responsabilidad de sus actos.
La tarea del Director y de los maestros respecto a los límites es de contención.
Son los padres quienes eligen el centro donde van a estudiar sus hijos. Esto supone que los padres de nuestros alumnos y alumnas depositan su confianza en nosotros como profesores y profesoras. Es esta confianza, la que nos da la autoridad con respecto a sus hijos e hijas. Cuando esa confianza desaparece, perdemos la autoridad y normalmente a los alumnos. Es necesario tener en cuenta a las familias y cómo llegan los niños y niñas a las aulas. Es sólo bajo esta premisa cuando se hace posible el proceso enseñanza-aprendizaje.
Los Puntos de partida.
Partimos, en primer lugar, de la base de que es dentro del aula donde el niño expresa aquello que sientem (sentimientos, miedos, emociones,…) respecto a su familia, a sus compañeros, a la escuela, a sus profesores,… o se convierte en un espejo de lo que los profesores sentimos. Ver esto de esta forma, libera de mucho peso al profesor porque de repente ya no es el “único responsable” de todo lo que ocurre en el aula.
Las causas de los problemas suelen ser complejas y para solucionarlos hemos de tener en cuenta todos los posibles factores; a esto nosotros le llamamos: “ampliar la mirada”.
Ya hemos dicho que la confianza en la Institución Escolar debe ser bidireccional. El profesor debe confiar en los padres como motores de la Educación, y si no lo hace no tendrá éxito en su tarea educativa con sus alumnos aunque la familia confíe en él. En el caso contrario ocurrirá lo mismo. De ahí, que cuando aparecen problemas de aprendizaje dentro del aula o disciplinarios, ayuda mucho revisar, primero como profesionales nuestra actitud frente a las familias, y luego como tutores indagar en la actitud de la familia con respecto a nosotros. Ésta es la base de nuestra propuesta de acción tutorial. La propuesta es imaginarnos a nuestros alumnos y alumnas con sus padres detrás, como miembros de una familia a la que respetamos y en la que confiamos.
El orden buscamos, es aquel en el que los dos sistemas están en equilibrio, es aquel en el que los dos sistemas se miran y se tienen confianza y respeto mutuos (mirarse no significa que estén enfrentados), en el que los anteriores sostienen a los que van después en el orden, y en el centro está el alumno, el objeto de la educación:
Y en segundo lugar, tomamos como base y los asumimos, los Estatutos Europeos para los centros educativos democráticos sin violencia:
Todos los miembros de la comunidad educativa tienen derecho a un centro seguro y sin conflictos. Cada individuo tiene la responsabilidad de contribuir a la creación de un ambiente positivo que favorezca el aprendizaje y el desarrollo personal.
Todos tienen derecho a ser tratados y respetados por igual con independencia de sus características personales (sexo, raza, religión,…). Todos gozan de libertad de expresión sin riesgo de discriminación o represión.
La comunidad educativa garantiza que todos sus miembros conocen sus derechos y responsabilidades.
Cada centro educativo democrático posee un órgano de toma de decisiones elegido democráticamente y compuesto por representantes de los estudiantes, profesores, padres y otros miembros de la comunidad educativa, según proceda. Todos los miembros de este órgano tienen el derecho de voto.
En un centro educativo democrático, los conflictos son resueltos en estrecha colaboración con todos los miembros de la comunidad educativa, de una manera constructiva y sin violencia. Todo centro educativo tiene personal y alumnos preparados para prevenir y solventar los conflictos a través de actuaciones de mediación y consenso.
Todo caso de violencia es investigado y tratado con la mayor prontitud posible, y es examinado en profundidad ya sean alumnos o cualesquiera otros miembros de la comunidad educativa los implicados.
El centro educativo forma parte de la comunidad local. La cooperación y el intercambio de información con otras entidades locales son esenciales para la prevención y la resolución de los problemas.
Herramientas para la resolución de conflictos.
Para fomentar una buena convivencia, en nuestro centro utilizaremos dos herramientas fundamentales:
Los Movimientos Sistémicos, para realizar un análisis inicial y recabar información que pueda estar oculta o solapada, de las situaciones de conflicto o de desorden.
Las Habilidades Sociales: en especial la Escucha Activa, los mensajes Yo y el método “nadie pierde”.
Llamamos Movimientos Sistémicos a una serie de técnicas individuales y/o grupales (entrevistas, utilización de muñecos, uso de representantes, repetición de frases solucionadoras,…) que al ponerlas en práctica, muestran las dinámicas ocultas que a veces actúan en los conflictos y en las situaciones de desorden, dentro de las organizaciones y en las familias.
Las Habilidades Sociales son conductas socialmente habilidosas emitidas por una persona en un contexto interpersonal en el que se pueden expresar los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos adecuado a la situación, respetando esas conductas en los
demás, y que generalmente permiten resolver los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas.
Cuando hablamos de Habilidades Sociales nos referimos a comportamientos sociales que nos llevan a actuar de forma adecuada en el momento oportuno y dan como resultado, generalmente, consecuencias agradables. De esta forma, el trabajo sobre ellas y de comunicación está ideado para enseñar y mejorar las habilidades interpersonales y de comunicación con los demás.
El término Habilidades Sociales denota dos conceptos básicos de gran importancia. En primer lugar, el término sociales implica un proceso con otras personas. En segundo lugar, el uso de la palabra habilidades nos recuerda que la relación con los demás es aprendida
(imitación, ensayo y error, instrucción,…).
Programas Preventivos para facilitar la convivencia en los centros escolares.
En nuestro centro llevaremos a cabo Programas Preventivos que se insertarán dentro de la Actividades Lectivas, Extraescolares y complementarias de la vida escolar de nuestro C.R.A.:
Establecimiento de normas generales de convivencia del centro.
Establecimiento de normas consensuadas por los profesores y alumnos a nivel de clase.
Desarrollo de un programa de habilidades sociales y de comunicación, así como de formación y acción interna del profesorado sobre técnicas, métodos yestrategias de modificación de conducta.
Implantación de un Programa de Apoyo a las Familias (PAF), donde se trabajen las Habilidades Sociales, la prevención, la resolución de conflictos y de acoso entre iguales, y se aprenda a aplicar los movimientos sistémicos, a través de Talleres y de Reuniones Informativas sobre el contenido y la aplicación del presente programa de convivencia.
Inclusión en el Plan de Acción Tutorial de actividades y tiempos sobre habilidades sociales, comunicativas y de resolución de conflictos.
Implantación de un “Programa de Mediación” para resolver conflictos (con la participación de padres, profesores y alumnos).
Entrenamiento de los alumnos en la valoración de las conductas adecuadas e inadecuadas y sus consecuencias.
Actividades de acogida e integración en el grupo y en la clase de nuevos alumnos (emigrantes, cambios de colegio,…).
Práctica de actividades de sensibilización y tolerancia ante las diferencias (personales, culturales, étnicas,…).
Formación y acción interna del profesorado en el análisis de relaciones y dinámicas grupales en el centro.