¿Qué es la inteligencia transgeneracional?

La inteligencia transgeneracional nos conecta con nuestras raíces y nos ayuda a comprender mejor nuestra identidad y nuestro lugar en el mundo. Nos permite reconocer y aceptar nuestra herencia individual y colectiva, estableciendo vínculos entre el pasado, el presente y el futuro. Es a través de esta conexión con nuestras raíces que podemos desarrollar una mayor comprensión de nosotros mismos y de los demás, y encontrar soluciones a los desafíos que enfrentamos en nuestras vidas.

Más allá de la lógica y el lenguaje: las diversas formas de Inteligencia

Esta nueva visión de la inteligencia ha transformado nuestra comprensión de la educación y el aprendizaje, ofreciendo una perspectiva más inclusiva y completa de las capacidades humanas. La obra de otros investigadores ha enriquecido aún más esta perspectiva, añadiendo nuevas inteligencias que aportan matices adicionales.

Howard Gardner en 1983 desarrolló la teoría de las Inteligencias Múltiples, una idea igualmente revolucionaria que amplía nuestra concepción de lo que significa ser inteligente. Más allá de las tradicionales inteligencias lógico-matemática y lingüística, Gardner identifica otras formas de inteligencia, como la musical, la cinético-corporal, la espacial, la interpersonal y la intrapersonal. Estas inteligencias, según Gardner, son fundamentales para resolver problemas y crear en el contexto cultural y comunitario en el que nos desenvolvemos.

Howard Gardner, lleva a cabo un exhaustivo estudio que revoluciona los conceptos establecidos al acuñar el término «Inteligencias Múltiples». Este enfoque rompe con la idea tradicional de una única forma de inteligencia ligada exclusivamente a la brillantez académica. En su lugar, propone la existencia de varias inteligencias distribuidas en diferentes campos, lo que redefine completamente nuestra comprensión del concepto de inteligencia. Además, Gardner redefine la inteligencia como una capacidad, desechando la noción de que es algo innato y fijo.

Gardner categoriza esta variedad de capacidades en siete inteligencias principales:

• Inteligencia Lingüística: La habilidad para utilizar las palabras de manera efectiva, tanto oralmente como por escrito. Esto incluye la capacidad de manipular la sintaxis y los significados del lenguaje, así como su aplicación práctica en diferentes contextos.
• Inteligencia Lógico-Matemática: La capacidad para utilizar los números de forma efectiva y razonar adecuadamente. Incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, así como la capacidad para inferir, generalizar y demostrar hipótesis, entre otras habilidades.
• Inteligencia Corporal-Kinética: La habilidad para expresar ideas y sentimientos a través del cuerpo, así como la destreza manual para producir o transformar objetos. Esto abarca desde habilidades físicas como la coordinación y el equilibrio, hasta la percepción táctil y de medidas.
• Inteligencia Espacial: La capacidad para percibir y manipular el mundo visual-espacial de manera precisa, así como para ejecutar transformaciones sobre esas percepciones. Incluye la sensibilidad al color, la forma y las relaciones espaciales.
• Inteligencia Musical: La capacidad para percibir, discriminar, transformar y expresar formas musicales. Esto implica una sensibilidad al ritmo, el tono y la melodía, entre otros elementos musicales.
• Inteligencia Interpersonal: La capacidad para percibir y comprender los estados de ánimo, intenciones y sentimientos de otras personas. Incluye la sensibilidad a las expresiones faciales, vocales y gestuales, así como la capacidad para responder de manera efectiva a estas señales.
• Inteligencia Intrapersonal: El conocimiento de uno mismo y la habilidad para adaptar el comportamiento en función de ese conocimiento. Incluye la conciencia de los estados de ánimo interiores, las motivaciones y los deseos, así como la capacidad para la autodisciplina y la autoestima.

Además, en 1995, Gardner amplía su propuesta incluyendo la Inteligencia Naturalista, que se refiere a la competencia para percibir relaciones entre especies u objetos, así como para identificar y clasificar miembros de un grupo o especie.

Goleman y el impacto de la Inteligencia Emocional: avances fundamentales en el reconocimiento y gestión emocional

En 1995, Daniel Goleman populariza el término «Inteligencia Emocional», definiéndola como la capacidad para reconocer y gestionar tanto nuestras propias emociones como las de los demás. Organiza esta inteligencia en torno a cinco capacidades fundamentales, lo que supone un avance significativo en la comprensión de las habilidades emocionales.

La propuesta de Goleman ha tenido un impacto profundo en el ámbito de la gestión de recursos humanos, ya que busca no solo aumentar el rendimiento de los colaboradores, sino también fomentar un ambiente laboral más armonioso y productivo. Su enfoque, lejos de ser fortuito, surge de una profunda comprensión de la complejidad humana y del potencial que tenemos para crecer y desarrollarnos.

Además, Goleman introduce posteriormente el concepto de Inteligencia Social, basado en un estudio neurocientífico de las interacciones sociales. Esta inteligencia se centra en la importancia de las relaciones sociales en nuestra vida y salud, proponiendo ocho habilidades fundamentales divididas en dos categorías esenciales: Conciencia Social y Aptitud Social. La Conciencia Social se refiere a la capacidad de sentir empatía y comprender a los demás, mientras que la Aptitud Social se relaciona con el comportamiento relacional y la capacidad para interactuar de manera efectiva en diferentes contextos sociales.

“Las historias se repiten a través de los tiempos y esperan encontrar una solución. Ahí radica la fuerza de los vínculos amorosos y generosos entre las generaciones”.  

Angélica Olvera

En este contexto, Angelica Olvera desarrolla a partir del 2010 el concepto de Inteligencia transgeneracional. La Pedagogía Sistémica con el enfoque de Bert Hellinger, nos invita a contemplar la inteligencia desde una perspectiva más amplia con el concepto de Inteligencia Transgeneracional, que abarca las dimensiones individuales, familiares y sociales de nuestra inteligencia. Reconocer la inteligencia transgeneracional implica comprender cómo nuestras experiencias y las de nuestros ancestros influyen en nuestra vida presente, permitiéndonos identificar las fuerzas que nos impulsan y limitan.

Con ella, cada persona puede estar capacitada y ser competente para realizar una distinción entre su historia y la de otros con quienes convive y mantiene vínculos en el pasado reciente, lejano o remoto. Así es posible que cada individuo logre identificar los rasgos que enlazan histórica, genealógica y socialmente a las personas a través de puentes que se tienden en el espacio y en el tiempo, entre personas de una generación y otra, o bien, hacia el interior de cada generación.

Identificar los rasgos que enlazan histórica, genealógica y socialmente a las personas a través de puentes que se tienden en el espacio y tiempo, entre personas de una generación y otra, o bien, hacia el interior de cada generación”.  

Angélica Olvera

Estas convicciones o creencias, normas y lealtades características surgen de la perspectiva generacional delineada desde tres ángulos complementarios:

1. La relación intergeneracional, es decir, la red familiar que aborda los vínculos y complejidades entre una generación y la siguiente. Como ejemplo la que se da entre madres e hijas.
2. La relación transgeneracional, la red social que une a las distintas generaciones entre sí. Por ejemplo, entre abuelos y nietos.
3. La relación intrageneracional, que sustenta las particularidades entre individuos de una misma generación y su influencia en el entorno educativo y social. Por ejemplo, entre el alumnado de una misma promoción.

Estimular el desarrollo de la inteligencia transgeneracional implica trabajar tanto a nivel individual como colectivo. Tanto la familia como la escuela desempeñan un papel fundamental en este proceso, ya que son los espacios donde se transmiten y se resuelven las dinámicas histórico-genealógicas que nos afectan. Al fomentar la inteligencia transgeneracional, podemos cultivar un mayor sentido de identidad y pertenencia, así como desarrollar nuestras capacidades para resolver los desafíos que enfrentamos en nuestra vida diaria.

Conoce más en el libro Inteligencia Transgenecaional de Bert Hellinger y Angélica Olvera.